El cobre en batería de cocina

El cobre fue el primer metal utilizado para la fabricación de batería de cocina gracias a su maleabilidad. En la época de los antiguos romanos se obtenía principalmente en Chipre, de donde proviene el nombre del metal (del latín: Cuprum), de aquí evolucionó hasta el nombre en castellano “cobre”.

El cobre es uno de los pocos metales nobles que se pueden encontrar en la naturaleza para ser utilizados sin tratar previamente, por eso fue el primer metal que se utilizó para fabricar utensilios de cocina. Es el más pesado, el más caro y uno de los mejores conductores de calor.

Por desgracia, también es muy reactivo al aire. Se oxida fácilmente, formando una pátina de color verde-gris que puede llegar a ser muy tóxica y contaminar con gran facilidad los alimentos.

Debido a este problema de salubridad y su alto coste de mantenimiento y de compra, se ha relegado el uso de recipientes de cocción fabricados en cobre a un nivel residual, aunque los podemos encontrar, de forma esporádica, en el mundo de la pastelería o la decoración. 

Para evitar o retrasar el proceso de la oxidación, los recipientes de cobre suelen estar recubiertos con una fina capa interior de un metal mucho menos reactivo, el estaño. Aun así, el estaño es muy delicado y con el desgaste, la capa se va haciendo más fina y acaba por desaparecer en algunos puntos. Además se funde a 232ºC, generalmente inferior a la temperatura de la llama o la placa. Cuando el recipiente está lleno es difícil llegar a esta temperatura, ya que los alimentos se quemarían primero, pero con un recipiente vacío es muy fácil que el revestimiento de estaño se deshaga como resultado de la alta temperatura. Por tanto, es recomendable que nunca se coloquen recipientes vacíos de cobre, con revestimiento en contacto directo con la fuente de calor. El revestimiento interno se deberá restaurar periódicamente como prevención.

Aun así, a causa de su elevada conductividad térmica, el cobre es el material más adecuado cuando se requieren variaciones de temperatura muy rápidas, en particular el enfriamiento rápido para detener la cocción. Este es el caso típico de la cocción del azúcar.

¿Sabías que?

Para limpiar el exterior de las piezas que no están revestidas hay que hacer una disolución a 100g de
agua con 20g de vinagre blanco y una cucharada de bicarbonato. Esta disolución nos servirá para limpiar el exterior, siempre que no esté acabado con algún barniz. Siendo así, tendríamos que seguir las
instrucciones del fabricante.

El cobre en batería de cocina

MATERIAL: Peso muy elevado, moldeable, pero muy oxidable.

CONDUCTIVIDAD TÉRMICA: Distribución homogénea del calor por todo el recipiente.

USO: Apto para cocina de gas y eléctricas. Ideal para cocciones donde se precisa control exacto de la temperatura.

MANTENIMIENTO E HIGIENE: Limpiar con jabones neutros y esponjas no abrasivas. No apto para el lavavajillas. En caso de alimentos incrustados, poner la pieza en remojo con vinagre blanco y limón.